"Pienso poco en ello, porque simplemente siento que no lleva a nada". Así responde Natascha Kampusch al diario argentino La Nación al ser preguntada por el día de su huída. "En principio, fue un día muy desagradable. Es decir, la huida fue hermosa, pero no lo fue sentarse con la policía y tener que someterme a un interrogatorio", añade.
Tenía ya 16 años, seis más que en el momento en que fue secuestrada. Se encontraba en el jardín de la casa limpiando el coche de Přiklopil cuando, en un momento de distracción de su captor, se escapó. El hombre que la raptó durante ocho años se lanzó a las vías del tren y murió ese mismo día. Pese al calvario al que este la sometió, Kampusch asegura que le ha perdonado "porque está muerto. No hay duda de que era un criminal y no era buena persona. Para mí así es más fácil, porque uno siente que se ha hecho justicia".
Diez años después, continúa disfrutando de su libertad. Pero su vida cambió irremediablemente y seguir adelante después de un secuestro tan largo no resulta fácil. "Aún no me he encontrado del todo a mí misma. No soy aún una persona especial, por eso no puedo decir cómo me gustaría que me vieran los demás".
Hasta la relación con gente tan cercana como sus amigas es complicado. "Ahora ya no es tan duro, pero antes pensaba realmente: 'Tienen toda la vida por delante, no les ha pasado nada'. Pueden mirar las cosas con optimismo e inocencia. Por eso me comportaba a veces como una abuela". Pero no guarda rencor a nadie, ni a la madre de Přiklopil, quien asegura que tan sólo "pensaba bien de su hijo y lo quería", ni hacia las autoridades que nunca dieron con su paradero hacia quienes siente "indulgencia. Pienso: 'Pobres, todos tienen problemas'".
Natascha Kampusch tiene toda una vida por delante, todo un futuro para disfrutar en libertad, pero el pesimismo todavía no ha conseguido alejarse de ella. ¿Un príncipe azul para ella es posible? "Seguro que hay personas buenas, pero todo es un sueño, incluso la vida con ellos, que puede convertirse pronto en pesadilla, porque donde hay mucha luz también hay sombras".