Un tribunal de Bahréin condenó el lunes a Rajab, presidente del Centro de Bahréin por los Derechos Humanos, por "difundir noticias falsas y rumores" en varias entrevistas televisivas.
"Criticar al Gobierno no debe ser un delito", ha declarado una portavoz de Naciones Unidas Liz Throssell. "Los defensores de los Derechos Humanos en Bahréin deben poder llevar a cabo su trabajo sin temor a represalias y no enfrentarse a ser detenidos ni condenados por ejercer su derecho a la libertad de expresión", ha añadido.
Naciones Unidas ha alertado del incremento de restricciones en las libertades del país, una crítica a la que se han sumado organizaciones defensoras de los Derechos Humanos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, y ha pedido al Gobierno de Bahréin que adapte su legislación a las normas internacionales y garantice la libertad de expresión, opinión y reunión.