Cuatro de los pequeños han fallecido en el acto y los otros dos de camino al hospital, ha confirmado el tío de uno de los dos niños heridos, Mohamed Umer, quien indicó que su sobrino le contó que comenzaron a trastear con la bomba porque parecía un juguete.
El Gobierno paquistaní asumirá todos los costes del tratamiento para los heridos y compensará a las familias de los niños fallecidos, según ha confirmado el funcionario Muhammed Sohaib.
Desde 2016 han muerto en Waziristán del Sur -- una de las zonas más violentas del país, próxima a Afganistán y habitual lugar de escondite de los talibán afganos y milicias paquistaníes afines -- al menos 31 personas por artefactos explosivos abandonados, según Sohaib.
Sin ir más lejos, el sábado murieron otros dos niños en una localidad cercana al del suceso de hoy cuando pisaron una mina mientras jugaban.