La coordinadora del grupo en el municipio Gran Sabana de Bolívar, Maigualida Hernández, ha denunciado que el personal médico ha tenido que utilizar la misma jeringuilla para inyectar a varios pacientes diferentes.
"El 31 de julio murió un bebé warao de dos meses, por deshidratación. Han muerto varios pacientes. El personal que labora en el hospital contó 22 en el mes de julio. No hay oxígeno, por lo que si hay un paro cardíaco, la cosa se pone muy peligrosa. Aquí no hay banco de sangre", ha relatado, según un comunicado del propio movimiento.
Hernández ha criticado las instalaciones, señalando que las tuberías están rotas y que "cataratas de agua" entran por los techos, además de la falta de material y de los retrasos en los pagos al personal sanitario. Según explica la coordinadora de la zona para Vente Venezuela, el alcalde de Santa Elena de Uairén, Manuel Vallés, y el gobernador del estado "está al tanto de lo que allí pasa".
Sostiene que la capacidad del hospital se ha desbordado porque a esta localidad se trasladan los venezolanos que "huyen" a Brasil en busca de comida.
Hernández forma parte de una comisión que trasladará estas denuncias a "todas las instancias de Derechos Humanos nacionales e internacionales". "Debe haber justicia", ha remachado, antes de recordar que por el momento "son 22 muertos" y "miles de afectados", algo que "tiene responsables" y que "tiene que detenerse".