"Respetamos la decisión del Tribunal Supremo pero claramente tenemos un problema", ha dicho en una reunión del gobernante Partido del Jubileo celebrada este sábado en Nairobi. "Lo revisaremos y lo arreglaremos", ha sostenido, sin dar más detalles.
Kenyatta ha cargado directamente contra los magistrados del Supremo que votaron a favor de anular los comicios del 8 de agosto. "Kenia es el primer país del mundo en el que cuatro deciden imponerse sobre la voluntad de 15 millones de personas que madrugaron e hicieron cola para votar pacíficamente", ha indicado. "¿Quién os ha elegido?", ha cuestionado.
Además, ha criticado el hecho de que, a pesar que el alto tribunal argumentó que hubo irregularidades en el proceso electoral, solo ha tumbado los resultados de las presidenciales, manteniendo el de las parlamentarias y regionales que se celebraron el mismo día.
Pese a todo ello, ha reiterado que el Partido del Jubileo mantendrá "la paz". "No estamos de acuerdo con la decisión, pero la respetamos (...) Por ahora, nos veremos en las urnas", ha zanjado Kenyatta, de acuerdo con los medios de comunicación kenianos.
CRISIS ELECTORAL
El presidente del Tribunal Supremo, David Maranga, reveló el viernes que "las elecciones no se llevaron a cabo de acuerdo con los dictados de la Constitución y los principios aplicables" y, en consecuencia, anuló la votación y anunció que se celebrará otra en 60 días.
"Es un día histórico", dijo el líder de la coalición opositora Súper Alianza Nacional de Kenia (NASA), Raila Odinga, que, tras conocer los resultados oficiales, que señalaban su derrota, denunció que hubo un ciberataque contra el sistema informático de la Comisión Electoral para manipular los datos.
Por su parte, Kenyatta, que había sido reelegido mediante estos comicios, aclaró que "no está de acuerdo" con el fallo del Tribunal Supremo pero al mismo tiempo aseguró que lo "respeta" e instó a los kenianos a mantener la calma estos días.
La denuncia de fraude electoral por parte de la oposición desató violentas protestas en Nairobi y otras ciudades que dejaron decenas de muertos e hicieron temer una crisis postelectoral similar a la de 2007, que se saldó con más de mil muertos y 600.000 desplazados.