Karzai telefonea a Hekmatyar para felicitarle por su reciente regreso a Afganistán

EUROPA PRESS 03/05/2017 03:36

Durante su conversación, ambos han expresado su voluntad de trabajar juntos para lograr la paz, la estabilidad y el desarrollo en el país, resaltando la importancia de la unidad nacional.

El lunes, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) aplaudió el "progreso en el camino a la paz" en Afganistán, destacando el "regreso pacífico" al país de Hekmatyar.

"La UNAMA apoya los esfuerzos del gobierno de unidad nacional de Afganistán para lograr la participación de todos los interesados en una paz igualitaria y a renunciar para siempre a la violencia", dijo en un comunicado.

Así, argumentó que "el acuerdo con Hezb-e-Islami demuestra la disposición del Gobierno afgano a buscar la paz con los elementos armados antigubernamentales", expresando su deseo de que el mismo sea aplicado y de que "otros actores armados se unan al proceso de paz".

Hekmatyar regresó recientemente a Afganistán, y el sábado y el domingo realizó dos comparecencias públicas --las primeras en 20 años-- para reclamar a los talibán que entreguen las armas y se unan al proceso de paz.

El domingo, Hekmatyar afirmó que la insurgencia del grupo es el motivo principal de la presencia de Estados Unidos en Afganistán.

Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.

Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.

Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.

Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.

Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.

Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.

El pasado 29 de septiembre, Hekmatyar y el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sellaron un acuerdo de paz, tras meses de negociaciones. Tras ello, el Gobierno reclamó a Naciones Unidas que levantara las sanciones impuestas al líder de Hezb-e-Islami.