Su vida cambió gracias a una banda gástrica. Jeniffer Hogarth se ha convertido en la adolescente más joven de Reino Unido en someterse a una operación de este tipo. Esta joven británica pesaba más de 146 kilos, lo que le obligaba a usar un respirador por las noches para poder dormir. Así, Jeniffer asumió los riesgos que conllevaba la complicada intervención para iniciar una nueva vida. Un año después, ha conseguido perder 63 kilos.
Sus problemas con el sobrepeso comenzaron cuando Jeniffer tenía nueva años. Sin embargo, se agravaron cuando cumplió los quince ya que necesitaba incluso un respirador para poder dormir por las noches.
Jeniffer no podía dejar de comer. Ingería unas diez bolsas de patatas fritas a lo largo del día y desayunaba patatas al horno a diario. Así, con 16 años, su peso ya sobrepasaba los 146 kilos, según publica el Sunday Mirror.
"Traté de todo, pero cuando le ponía en frente un plato de frutas o verduras su rechazo era inminente", ha explicado su madre.
Ante esta situación, los médicos fueron rotundos: De seguir con ese ritmo de vida, Jeniffer no llegaría a los 21.
Por ello, esta joven británica tomó la decisión de implantarse una banda gástrica a pesar de los riesgos que conllevaba la operación.
De esta manera, Jeniffer se convirtió en la adolescente británica más joven en someterse a una intervención de este tipo.
Ahora, un año después, Jeniffer muestra orgullosa su cuerpo y presume de haber perdido 63 kilos y haber comenzado una nueva vida.
"Antes no podía pensar en trajes de fiesta para la Navidad porque tenía el tamaño de una casa. Ahora no puedo esperar para irme de compras", asegura la joven.
"Es como si hubiera vuelto a nacer. Me siento increíble", ha relatado.