"Me dijeron que debido a mi condición es neurológica, podía incluso tener dolor después de la amputación, pero se trata de mi calidad de vida", explica la joven en declaraciones al Daily Record. "Mi pierna no es funcional, es como tener un miembro muerto unido a ti", lamenta.
Hope de 21 años, remera y nadadora, está diagnosticada desde los 12 años de este problema neurológico que le causa terribles dolores.
El problema es que a pesar de su deseo de que le amputen la pierna para intentar acabar con el dolor, los médicos del sistema nacional de salud británico no pueden operarla.
Hope, que desea representar a Gran Bretaña en los Juegos Paralímpicos del próximo año, ha estado pidiendo la amputación desde 2011.Ahora trata de recaudar más de 14.000 euros para operarse en un centro privado con la esperanza de que termine su tormento.
Quienes padecen este problema sufren un dolor continuo. Sus miembros pueden hincharse y sus músculos se desgastan. Por lo general, se limita a una extremidad, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo.
No hay cura conocida, aunque en el 85% de los casos poco a poco van desapareciendo los síntomas. Hope toma hasta 30 pastillas al día,
"El dolor es indescriptible. Es un ardiente, punzante sensación", cuenta. "Es como si mi pierna estuviera envuelta en un alambre de púas y luego le prendieran fuego. Cualquier roce con la pierna es como si me golpearan con un hacha".