Homs, una de las cunas de la revolución siria, retorna a manos del Gobierno seis años después

EUROPA PRESS 21/05/2017 15:01

Más de 700 combatientes y un millar de acompañantes, la mayoría familiares, están preparando ya el último trayecto de los autobuses que les sacarán del último bastión insurgente de la ciudad, el barrio de Al Waer, con destino a zonas bajo control rebelde en virtud del acuerdo alcanzado entre el Gobierno sirio y grupos armados.

Ahora, las fuerzas de Damasco, con el apoyo de la Policía Militar rusa, procederán a terminar de despejar de armas y munición un barrio en el que más de 14.000 personas, de ellas 3.700 rebeldes a los que se ha permitido huir con sus armas ligeras, permanecían atrincheradas o atrapadas ante el asedio militar.

En Al Waer se quedarán 1.150 rebeldes que han decidido abandonar las filas de sus organizaciones y entregar definitivamente sus armas, según el gobernador. El resto partirán hacia las ciudades de Idlib y Yarablús, todavía bajo control insurgente, con ciertas garantías de seguridad del Gobierno sirio, y bajo la supervisión de la Media Luna Roja siria.

Estos acuerdos de evacuación han sido criticados por la oposición política al presidente Bashar al Assad al considerar que se trata de una maniobra de desplazamiento forzado. Naciones Unidas, además, condena igualmente la situación de asedio constante bajo la que han vivido estas poblaciones, aunque es una crítica que también extiende a los rebeldes que rodean localidades bajo control del Gobierno sirio.