México vivió el pasado 19 de septiembre uno de los terremotos más graves de los últimos años, de 8,1 grados, que por el momento ha dejado unos 337 muertos.
Entre las miles de historias que hay detrás de cada superviviente se encuentra la de Martín Méndez, un cerrajero mexicano que pasó 17 horas bajo los escombros.
En el momento del seísmo, Martín se encontraba trabajando en un edificio de oficinas cuando quedó sepultado por toneladas del cemento, con una pierna de rota.
El hombre decidió hacerse un selfie con el móvil y mandárselo a la familia, así se dieron cuenta de que estaba vivo y los equipos de rescate le salvaron la vida. Junto a Martín se encontraban tres personas más que también fueron rescatadas, según afirma CaracolTV.