Guterres ha dicho en un comunicado que está "profundamente alarmado" por el "profundo sufrimiento humano" que ha venido acarreando el conflicto sirio, iniciado en marzo de 2013. "Los civiles siguen muriendo, sufriendo heridas o desplazándose en niveles aterradores", ha añadido.
Sin embargo, se ha mostrado "especialmente preocupado" por el caso de Raqqa, donde los ciudadanos "atrapados" se enfrentan a amenazas "desde todas las direcciones". Por este motivo, ha instado a todas las partes en conflicto a "hacer todo lo posible" para proteger a esta población, así como para garantizar el mantenimiento de la infraestructura básica.
"También es clave que faciliten el acceso humanitario para permitir que la ayuda llegue a quienes la necesitan para salvar sus vidas", ha añadido Guterres, que ha puesto en valor el trabajo de las organizaciones que incluso asumen "un riesgo personal" para asistir a estas personas.