"No dejaremos que círculos enemigos de Turquía o medios nacionales e internacionales critiquen a nuestra Policía. Mi Gobierno y yo la felicitamos de todo corazón", ha manifestado, según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
"En nombre de mi país y mi nación, me gustaría dar las gracias a todos los hermanos de la Policía por hacer frente a los incidentes que sacuden el país desde hace semanas con sacrificio y patriotismo", ha agregado.
Asimismo, Erdogan ha recalcado que la Policía ha hecho frente a las manifestaciones "dentro del marco legal, a pesar de ataques y provocaciones que no sería jamás tolerados en otros países".
"Como he dicho antes, la Policía turca ha pasado con éxito una prueba de democracia muy importante", ha dicho. "Mantener una lucha a largo plazo sin alterar su solemnidad y su disciplina, sufriendo hambre y sed, es una función que solo nuestra Policía puede cumplir", ha añadido.
"Como primer ministro de un Gobierno que ha extendido las libertades, incrementado los estándares de democracia y hecho muchas reformas, expreso esto con sinceridad: Somos un Gobierno que dice no a la tortura", ha argumentado.
"Si nuestra Policía comete un error, lo diremos de todo corazón y haremos lo que es necesario. Sin embargo, nadie, independientemente de que sea un parlamentario o cualquier otra persona, tiene derecho a insultar a nuestra Policía", ha remachado.
El domingo, el Ministerio del Interior afirmó que alrededor de 4.900 personas han sido detenidas y 4.000 han resultado heridas --entre ellas 600 antidisturbios-- en las tres semanas de ola de protestas contra el Gobierno turco a raíz del anuncio de la construcción de un centro comercial que evoca los cuarteles militares del Imperio Otomano en el parque Gezi, en Estambul.
Alrededor de 2,5 millones de personas salieron a las calles de 79 ciudades turcas en las tres semanas de protestas. Las más multitudinarias se celebraron en Estambul y en Ankara, según el recuento elaborado por el ministerio. Solo las ciudades de Bayburt y Bingol no fueron escenario de ninguna protesta.
Los críticos acusan al Gobierno que lidera Erdogan de ser el causante de los problemas que sufre estos días el país por haber arremetido contra los manifestantes en los primeros días de movilizaciones y por haber intentado vincularlos con el terrorismo.
La Policía empleó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes, lo que provocó que las protestas derivaran en enfrentamientos y, posteriormente, se extendieran a otras ciudades.