Los enfrentamientos entre cristianos y militares en El Cairo dejan 24 muertos

cuatro.com 10/10/2011 09:40

Veinticuatropersonas han muerto en El Cairo y otras 213 han resultado heridas en los enfrentamientos registrados entre cristianos coptos y la policía militar, en el último brote sectario de un país que sufre una gran inestabilidad política. La manifestación había sido convocada para denunciar los últimos ataques que ha sufrido la comunidad de los cristianos coptos. El Gobierno ha convocado una reunión de urgencia a raíz de los enfrentamientos al tiempo que los ha atribuido a "conspiraciones maliciosas".

Los cristianos, que protestaban contra el ataque a una iglesia, afirman que estaban marchando pacíficamente cuando fueron atacados por matones y luego por la policía militar.

Más de cuatro vehículos fueron incendiados y la televisión ha mostrado imágenes de camiones llevando efectivos del Ejército a toda velocidad hacia donde estaban los manifestantes.

En Internet han comenzado a circular fotografías y videos de cadáveres con los rostros aplastados por el paso de los camiones militares, lo que ha generado comentarios que comparaban la violencia usada por el Ejército con la que mostró la policía contra los manifestantes durante el levantamiento que derrocó en febrero a Mubarak.

"Lo que pasó hoy no tiene precedentes. Diecisiete cuerpos fueron aplastados por los camiones militares", dice el activista de derechos humanos Hossam Bahgat desde el hospital al que habían trasladado los cadáveres.

Los manifestantes han lanzado piedras y bombas molotov y han incendiado varios vehículos, mientras el aire estaba viciado por un humo espeso como consecuencia de una de los hechos más violentos en el país tras la caída de Mubarak en febrero.

Las protestas se han extendido a la céntrica plaza de Tahrir, punto central del levantamiento de febrero, cuando musulmanes se unieron a las protestas.

Toque de queda

Un testigo ha explicado que el Ejército había llegado al lugar y sus efectivos golpearon a algunos manifestantes con sus bastones. La televisión estatal había anunciado un toque de queda vigente hasta primera hora de este lunes en Tahir, los suburbios de la capital y los caminos que llevan a la plaza.

La televisión estatal y otras fuentes han informado de que 213 personas han resultado heridas, sin decir cuántas de ellas eran manifestantes. En un primer momento se ha informado de que tres de los muertos eran soldados.

El Gobierno habla de "conspiraciones maliciosas"

El primer ministro egipcio, Essam Sharaf, ha atribuido a "conspiraciones maliciosas" los enfrentamientos entre cristianos coptos y fuerzas de seguridad ocurridos este domingo en El Cairo, en los que al menos 24 personas han muerto y 213 han resultado heridas.

En un discurso transmitido por la televisión estatal, el 'premier' ha advertido de que existen "manos ocultas, tanto nacionales como extranjeras, que pretenden obstruir la voluntad de los egipcios de restablecer la democracia".

"No nos rendiremos a estas conspiraciones maliciosas. No aceptaremos una vuelta atrás", ha dicho Sharaf en alusión al régimen presidido por Hosni Mubarak, que fue derrocado el pasado mes de febrero por las revueltas populares.

Sus declaraciones enlazan con las realizadas anteriormente por el Gobierno, que a través de un comunicado ha advertido de que esta violencia está encaminada a empañar las elecciones legislativas que comenzarán el próximo 28 de noviembre, las primeras tras la caída del régimen.

Las tensiones entre cristianos y musulmanes han aumentado desde el levantamiento de febrero. El último episodio de violencia se produce a semanas de las elecciones parlamentarias del 28 de noviembre, la primera votación de este tipo desde que Mubarak fue derrocado.

Los cristianos, que representan el 10 por ciento de los cerca de 80 millones de habitantes de Egipto, salieron a las calles después de culpar a los musulmanes radicales por la demolición parcial de una iglesia en la provincia de Aswan la semana pasada. También exigieron la destitución del gobernador de la provincia por no haber protegido el edificio.