El protagonista del vídeo es un preso que estaba encerrado en una celda de aislamiento de la prisión estatal de Corcoran en California. De acuerdo con el testimonio del psiquiatra de la prisión, Ernest Wagnered, el preso es un suicida que se negaba a comer y tomar medicamentos. Además, cubría su cuerpo con heces, informa RT.
En el video se puede ver cómo le ordenan poner las manos a través de la bandeja para depositar la comida para esposarle. Ya que el hombre no reacciona, los guardias dispersan gas pimienta. El preso comienza a gritar y toser. "¡Que alguien me ayude! ¡Por favor!", grita el hombre. Luego le arrastran a una camilla, trasladan a otra celda y le obligan que se tire al suelo con las manos esposadas y encadenadas a la espalda. Luego los guardias le aplican una inyección.
Según ‘The New York Daily News’, el vídeo fue grabado por los mismos guardias para documentar las prácticas de la cárcel. Sus empleados están acusados por una organización que representa a 30.000 reclusos con enfermedades mentales en California.
La demanda judicial dice que los guardias maltratan y golpean a los presos, simplemente porque están confundidos y no pueden entender las instrucciones. "Los enfermos mentales están siendo castigados por su enfermedad mental," dijo el abogado Jeffrey Bornstein al juez.
Mientras tanto, el Departamento de Correcciones explica que el uso de la fuerza "siempre es un último recurso para nuestro personal". Las prácticas violentas "evitan (a los presos) hacerse daño a sí mismos o a otras personas y ayudan a colocarlos en un entorno más apropiado", reza el comunicado del Departamento.