El portavoz en funciones del Departamento de Estado de Estados Unidos, Mark Toner, ha recalcado que "atacar una instalación médica que da atención a los valientes afganos que trabajan para proteger a sus ciudadanos no tiene justificación posible".
Así, ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas del ataque, que ha descrito como "un acto cobarde y sin sentido".
Los terroristas, según ha contado un doctor que ha escapado del asalto, iban vestidos con uniforme de médico. Se cree que en el atentado han participado al menos cuatro milicianos, uno de los cuáles se inmoló en la entrada del centro.
Las autoridades afganas han asegurado que el ataque ya ha sido neutralizado y que los tres terroristas que han abierto fuego en el hospital han muerto por disparos de las fuerzas de seguridad.