Duterte mantiene su amenaza de imponer un "gobierno revolucionario" pero asegura que no quiere ser dictador

EUROPA PRESS 20/10/2017 16:13

"Me mantendré en el poder el tiempo estipulado. Hay que estar loco para decir que tengo ambiciones de poder", ha declarado en rueda de prensa recogida por la cadena ABN-CBS.

Duterte ha asegurado que no tiene intención de prolongar su mandato más allá del plazo que expira en 2022 frente a las protestas de grupos de oposición como Tindig Filipinas, que ha acusado al presidente de "hombrecillo inseguro y paranoico" y de distorsionar las críticas pacíficas contra su persona para perpetuarse en el poder.

El anuncio del mandatario filipino llega dos días después de que las Fuerzas Armadas de Filipinas anunciaran que han matado al líder de Abú Sayyaf, Isnilon Hapilon, y a Omar Maute, uno de los líderes más importantes del grupo Maute.

El conflicto en Marawi, el mayor desafío en materia de seguridad que ha afrontado Duterte, comenzó el 23 de mayo cuando los milicianos del grupo Maute impidieron que las Fuerzas Armadas de Filipinas llevaran a cabo una operación para detener al líder de Abú Sayyaf, escondido en esa ciudad de Minadanao.

Los combates en Marawi han dejado el centro de la ciudad completamente destrozado, con edificios quemados y derrumbados, además de provocar una crisis humanitaria que ha dejado a más de 400.000 personas alejadas de sus hogares.

En el conflicto, el Gobierno filipino ha dejado claro que no estaba dispuesto a negociar con el grupo Maute, que llegó a hacer una propuesta a cambio de la liberación de dos sus máximos responsables, apresados por las autoridades filipinas.

El presidente de Filipinas ha ordenado la creación de una fuerza operativa que se encargará de la rehabilitación de Marawi, con un presupuesto de unos 20.000 millones de pesos filipinos (unos 330 millones de euros). El Gobierno cree que la rehabilitación de Marawi se prolongará durante dos o tres años.