Según informa el diario The Mirror, Connor estaba disputando un partido de fútbol en su escuela cuando sintió un fuerte golpe en la frente. El joven pensó que era una piedra y le preguntó a un amigo qué le había ocurrido. “Tienes una bala en la cabeza”, fue la respuesta.
El pequeño, aterrorizado, corrió hacia sus padres que comprobaron que tenía un perdigón incrustado en al frente, encima del ojo izquierdo. Inmediatamente fue trasladado al hospital Vitoria Royal de Newcastle donde se le extrajo el proyectil y recibió varios puntos de sutura.
“Físicamente está bien”, cuenta su padre al citado diario, “pero mentalmente está aterrorizado, pensó que iba a morir”. “Tiene miedo a salir a la calle”, dice.
Tres jóvenes de 14 años han sido detenido en relación con el incidente y las investigaciones para esclarecer lo ocurrido continúan.