"Nunca he hecho nada malo, pero dimito con orgullo para crear una nueva cultura política en Sri Lanka y garantizar una buena gobernanza", ha dicho en una comparecencia en el Parlamento del que, según ha aclarado, seguirá formando parte hasta que se aclaren los hechos.
Karunanayake está acusado de usar su influencia como ministro de Finanzas, cargó que ostentó entre 2015 y 2017, para conseguir un ventajoso crédito del Seylan Bank con el que comprar un lujoso apartamento. El ya ex jefe de la diplomacia ceilandesa ha aclarado que lo consiguió por los buenos contactos de su hija, no los suyos.
La semana pasada tuvo que declarar ante una comisión por este caso, sin que se presentara ningún cargo en su contra, según informa el diario local 'Daily News'.
Sin embargo, las sospechas sobre Karunanayake han perjudicado al Gobierno de Maithripala Sirisena, que ha fijado entre sus prioridades la lucha contra la corrupción.