En una entrevista concedida al diario 'Financial Times', Lissu ha denunciado que Magufuli está detrás de una campaña "para convertir el país en una dictadura", acusando al mandatario de "querer aplastar los partidos políticos, la prensa, la sociedad civil, los sindicatos y silenciar a la Iglesia".
Lissu es miembro del partido Chadema y es muy crítico con Magufuli, al que el año pasado acusó de "crear un clima de miedo y crear un sistema de favoritismo, tribalismo y regionalismo".
El parlamentario opositor, que es además presidente del Colegio de Abogados del país, ha sido arrestado en varias ocasiones por "incitar desórdenes" y tilda de "dictador" a Magufuli.
El presidente tanzano condenó el intento de asesinato contra Lissu, tildando el ataque de "bárbaro", expresando su deseo de que el parlamentario se recuperara y ordenando una investigación que por el momento no ha registrado avances.
El portavoz gubernamental, Hassan Abbas, ha afirmado tras la entrevista de Lissu que sus acusaciones son "inapropiadas", resaltando que "si alguien, incluido Lissu, tiene pruebas, que las comparta con los investigadores".
"Tanzania es conocido por sus procesos políticos pacíficos y democráticos, que son llevados a cabo según las leyes", ha remachado, tal y como ha recogido el citado diario.
Magufuli, cuyo apodo es 'bulldozer' por la forma en la que presiona y fuerza para llevar a cabo sus políticas, se ha ganado ciertas alabanzas entre sus donantes internacionales gracias a un campaña anticorrupción y a los recortes que ha llevado a cabo en el gasto público.
El mandatario ha cesado a miles de funcionarios desde que llegó al poder en 2015 en una campaña cuyo objetivo declarado es acabar con la corrupción y la falta de eficiencia en la administración pública.
Sin embargo, sus opositores le acusan de estar acabando con la democracia mediante sus políticas de represión, que minan la libertad de expresión.