Los vídeos, no verificados, mostraban a personas identificadas como "musulmanes" cometiendo actos de violencia. El gesto de Trump ha sido duramente criticado desde Reino Unido, cuya primera ministra, Theresa May, ha llegado a afear públicamente su acción al mandatario norteamericano.
Según la cadena CNN, el Departamento de Estado expresó su temor a que esta nueva polémica se tradujese en una ola de protestas semejante a la que se vivió en 2012 a raíz de la publicación en Internet de un vídeo que mostraba al profeta Mahoma. Las fuentes consultadas han confirmado que las embajadas estaban de nuevo en máxima alerta, aunque no se habrían producido incidentes reseñables.
La Casa Blanca ha rehusado aclarar si se realizó algún tipo de comprobación o verificación antes de que Trump compartiese entre sus más de 43 millones de seguidores los polémicos vídeos. La portavoz presidencial, Sarah Sanders, ha despachado la polémica asegurando que, independientemente de la veracidad de las imágenes, "la amenaza es real".