En la madrugada del miércoles, un impresionante incendio se ha declarado en el barrio londinense de North Kensington. Un edificio de 24 plantas aparecía envuelto en llamas provocando “varios muertos” y decenas de heridos.
Dos vecinos que viven en el edificio Grenfell Tower, situado en una de las mejores zonas de Londres, y que no han sufrido el incendio porque se encontraban fuera de la ciudad de vacaciones, han declarado a medios británicos que sabían que iba a ocurrir “un desastre así” por las obras de remodelación que se realizaron y consideran que estaba obra fue parte de una operación de “blanqueo de dinero”.
Los propietarios de un apartamento en el edificio aseguran que en el barrio de Kensington y Chelsea “la corrupción prospera a un nivel alarmante" y denuncian que "todo va de blanqueo de dinero mediante 'proyectos' al coste de las vidas de las personas".
La empresa responsable de la demolición, obras que tuvieron un coste de 8,99 millones de libras -10 millones de euros- ha retirado de su página web cualquier rastro sobre los trabajos realizados, lo que ha levantado la sospecha entre los vecinos del edificio.