Los familiares de Lawrence Stack, de 58 años de edad, habían esperado durante todo este tiempo a encontrar sus restos sin éxito para poder celebrar un funeral católico.
Hace un año sus familiares descubrieron que Stack donó sangre un año y medio antes de los atentados, dos viales a los que han tenido acceso y que finalmente les han permitido este viernes despedirlo según sus deseos.
Al funeral, celebrado en Long Island del bombero, que a su muerte ya era un veterano con 33 años de servicio, acudieron el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el comisario de Bomberos de la alcaldía, Daniel Nigro.
"Era simplemente el mejor hombre con el que uno querría trabajar. Nunca hubo un problema. Siempre tenía una solución para todo y era un honor estar de servicio con él", comentó el bombero retirado Daniel Prince.
Según la prensa local, todos los hijos del jefe de bomberos comparten la profesión de su difunto padre. Uno de ellos se enroló en el Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva el día siguiente de su muerte.