Los antidisturbios se mantienen en su sitio, pero sin actuar y los opositores, por su parte, han encendido de nuevo sus hogueras, pero tampoco atacan a su enemigo aunque aprovechan el tiempo reconstruyendo, con sacos, sus barricadas.
Esta es la situación de calma tensa que se respira en Kiev a la espera de las últimas conversaciones entre Gobierno y oposición. El presidente Yanukovich ha convocado una sesión especial para el próximo martes para debatir la continuidad de su gobierno pero la desconfianza es casi total.
El líder opositor, Vitali Kitschko, que el presidente no ha ofrecido nada en las conversaciones, al tiempo que ha añadido que teme que se produzca un mayor derramamiento de sangre.
"Horas de conversaciones se han gastado para nada. No tiene sentido sentarse en una mesa de negociaciones en las que alguien ya ha decidido decepcionarte", ha sostenido.
TEMEN UN NUEVO DERRAMAMIENTO DE SANGRE
"Sinceramente deseo que no haya más derramamiento de sangre y que no haya muertos (...) Yo sobreviviré, pero temo que haya muertos", ha remachado Klitscho.
Apenas horas antes, el líder del partido ucraniano Batkivshchina (Patria), Arseniy Yatsenyuk, aseguró tras la reunión con Yanukovich que existen "altas posibilidades" de resolver las disputas políticas que han desencadenado violentos enfrentamientos en las calles de Kiev.