Los disturbios se iniciaron alrededor de las 20.00 horas (hora local), cuando los manifestantes irrumpieron en la terminal y destrozaron cerca de una veintena de cajeros automáticos, dos autobuses y cinco cabinas de venta de entradas. En ese momento, la policía cargó contra los manifestantes, que respondieron lanzando extintores que encontraron en la zona.
Posteriormente, el grupo se dispersó por las calles de la región que también fueron objeto del vandalismo. En concreto, tres sucursales bancarias fueron atacadas al cierre de esta jornada de protestas en la ciudad brasileña.
Las movilizaciones se vienen sucediendo a raíz del aumento en el precio de los ticket de autobús en esa ciudad. En las protestas masivas se denuncia el alto costo de vida, los servicios públicos deficientes, la corrupción y el mal uso del dinero gubernamental.