En Nigeria, los islamistas que secuestraron a doscientas niñas en abril, han vuelto a raptar a 90 personas, la mayoría mujeres con niños pequeños. Entre los secuestrados, sesenta niñas y mujeres sometidas al terror de los terroristas más despiadados de África. Su sanguinario líder fue el que ordenó el secuestro de las niñas arrancadas directamente de sus pupitres, separadas después en grupos y sometidas a violaciones. De nada ha servido la campaña internacional para que las liberen. No hay ni rastro de ellas desde que los terroristas difundieron un vídeo. El desafío de Boko Haram da ahora un paso más. Solo soltarán a los secuestrados a cambio de la puesta en libertad de sus hombres encarcelados.