La adolescente fue enterrada en el cementerio general de la Entrada, en Copán. Según la versión del guardia de seguridad, avisó a las autoridades al percatarse de ruidos extraños en el campo santo.
Así, se trasladaron hasta el lugar facultativos de Medicina Forense que certificaron que el vidrio del ataúd estaba roto. Sin embargo, la joven yacía ya fallecida.
Tal y como informan medios locales e internacionales, la chica, que estaba embarazada de dos meses, murió al perder el conocimiento de madrugada tras escuchar unos disparos en su casa.
Los forenses que examinaron el cuerpo aseguraron que la joven pudo haber sufrido un episodio de pánico severo que detuvo su actividad cardíaca. También se especula que pueda tratarse de un caso de catalepsia.