Particularmente afectada fue la localidad de Hanano, al este de Alepo capital, donde fallecieron seis niños al atacar los helicópteros un convoy de vehículos donde viajaban numerosos civiles.
Según los activistas, los helicópteros sirios dejaron caer "bombas en barril", un método duramente criticado por Human Rights Watch por su falta de precisión, y su inmenso poder destructivo.