Para una joven anoréxica en recuperación, participar en un concurso de belleza puede ser el camino a la destrucción definitiva. Sin embargo, a Kirsten Haglund, Miss América en 2008, le sirvió para poner el punto y final a la enfermedad para siempre.
Con 23 años, Kirsten Haglund, en una entrevista concecida a la CNN, y que recoge Dailymail, recuerda como la anorexia nerviosa entró en su vida cuando ella tenía solo 12 años. Ahora, recuperada totalmente, cuenta como el concurso de belleza le ayudó a centrarse. Aunque recuerda que el camino no fue nada fácil.
Kirsten ganó el concurso con 19 años, lo que la convirtió en una de las más jóvenes en hacerlo. Entonces ya conocía y practicaba los malos hábitos alimenticios. Incluso alguna vez llegó a pesar la mitad de su peso original.
Amante del ballet, lo practicó durante años pero pensaba que, al igual que sus compañeros, debía estar delgada para poder triunfar en ese mundo. Y la que hoy es una mujer impresionante, llegó a vivir con 900 calorías al día, lo cual es menos de la mitad de la ingesta recomendada para una mujer. Prácticamente, Kirsten consumía café, Coca-Cola light y chicle. De vez en cuando, cuenta ella, "comía verduras, frutas o una cucharada de mantequilla de cacahuete".
Internamente, añade la ex miss, "sabía que había algo mal en mí pero yo no sabía cómo parar". Kirsten vio la luz al final del túnel cuando su madre la obligó a ir al médico y tras dos años de reuniones con nutricionistas, el psicólogos y expertos en trastornos de la alimentación, la adolescente redirigió su vida a un camino saludable que nunca más abandonó ni siquiera cuando ganó su primer concurso de belleza con 17 años de edad.
Y es que Kirsten había ganado la lucha a la anorexia, de hecho, en Miss America utilizó utilizó en su discurso su lucha contra la enfermedad y como iba a utilizarla para ayudar a aquellos que lo necesitaran.