AI advierte sobre el preocupante "efecto dominó" de la "política de demonización" en Europa y EEUU

EUROPA PRESS 22/02/2017 01:04

Amnistía Internacional ha denunciado en su informe sobre el estado de los DDHH en 2016, publicado este miércoles, la "política de demonización" de lo diferente que se ha impuesto en las agendas de Europa y EEUU y ha alertado del riesgo de que se produzca un "efecto dominó" que debilitaría la respuesta a las "atrocidades masivas".

La ONG ha puesto el foco en "la retórica del 'nosotros contra ellos' con que se elabora la agenda en Europa, EEUU y otras partes del mundo y que está fomentando un retroceso en materia de DDHH y debilitando peligrosamente la respuesta global a las atrocidades masivas".

AI atribuye esta tendencia a "los radicales cambios políticos de 2016", entre los que destaca la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, "un claro ejemplo" de esta "venenosa retórica" por su "discurso discriminatorio, misógino y xenófobo", que ha causado "una honda preocupación por el futuro compromiso de EEUU con los DDHH".

Vincent Ward, abogado de derechos civiles en EEUU que defendió a la soldado Chelsea Manning, autora de las primeras filtraciones a Wikileaks, ha confesado que está "horrorizado" por el triunfo de Trump, al que ha definido como un "oportunista político".

Lo que más le preocupa es "la gente de la que se rodea", como Steve Bannon, principal estratega de Trump y fundador del movimiento All Right, que "demoniza a los musulmanes", por lo que "no es sorprendente" que una de las primeras medidas del nuevo Gobierno haya sido vetar a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, "la acción más divisiva en EEUU desde el inicio de la era de los derechos civiles".

"Los derechos fundamentales están bajo ataque en EEUU", ha dicho Ward, que se presenta como "un representante del 'sueño americano'" por su mestizaje racial. El abogado ha lamentado, desde la sede de AI en Madrid, que "esto es especialmente cierto para las minorías", entre las que ha destacado los inmigrantes.

CONTAGIO A EUROPA

Esta forma de hacer política, indica Amnistía Internacional, ha contagiado a Europa. "En 2016 los mensajes y movimientos populistas irrumpieron en el discurso preponderante" y políticos de toda la región sacaron provecho de un sentimiento generalizado de marginación e inseguridad".

Los blancos de estos ataques dialécticos han sido "muy diversos" --las élites políticas, la UE, la inmigración, los musulmanes, la prensa y la amenaza constante del terrorismo, enuncia la ONG-- pero el principal objetivo han sido los refugiados.

"La insolidaridad con las personas refugiadas y con otros estados miembros caracterizó las políticas migratorias de la mayoría de los países de la UE, que sólo hicieron planes conjuntos para restringir la entrada y acelerar las devoluciones", denuncia.

En concreto, ha mencionado el pacto migratorio con Turquía, que la UE pretende replicar con "acuerdos marrulleros" con países como Libia, y el incumplimiento del sistema de cuotas para el reparto de los refugiados, ya que la UE debía haber acogido a 120.000 solicitantes de asilo desde Italia, Grecia y Hungría en dos años y solo lo ha hecho con 8.000.

Una de las principales consecuencias ha sido que "las personas musulmanas y migrantes han corrido riesgo de discriminación y aplicación de criterios raciales por parte de la Policía" e incluso han sido víctimas de delitos de odio en varios países europeos.

Belal Dardiri, fotoperiodista egipcio que huyó el año pasado de su país tras ser condenado en rebeldía a 15 años de cárcel por cubrir las protestas contra el Gobierno y ahora está en España a la espera de solicitar asilo, ha advertido también sobre el "discurso de odio", que ha observado en Egipto contra los musulmanes.

Esta corriente ha llegado hasta Asia, donde "en países como Australia y Tailandia los gobiernos agravaron el sufrimiento al devolver a personas a países donde corrían peligro de sufrir violaciones de DDHH". Amnistía Internacional menciona específicamente "la difícil situación de la población rohingya" en Birmania.

"CAMBIO RADICAL DE PARADIGMA"

AI advierte de que se ha producido "un cambio radical de paradigma: del planteamiento de que la función de los gobiernos era proporcionar seguridad para que las personas pudieran disfrutar de sus derechos se pasó a la idea de que debían restringir los derechos de las personas para proporcionar seguridad".

Una "peligrosa redefinición" que cuenta entre sus manifestaciones "más alarmantes" "el empeño de los estados en facilitar la declaración y prolongación del estado de excepción". A este respecto, recuerda el caso de Francia, donde se ha prorrogado cinco veces desde los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París.

Otro ejemplo es el considerable refuerzo de los poderes de vigilancia estatales. "Reino Unido fue posiblemente el Estado que introdujo el conjunto de facultades de vigilancia masiva y selectiva de mayor alcance con la aprobación de la Ley de Poderes de Investigación", indica.

Los gobiernos de la región han endurecido además sus respectivos códigos penales, incorporando "medidas que en otro tiempo se consideraban excepcionales". En este ámbito destaca Turquía, donde el presidente, Recep Tayyip Erdogan, sopesa recuperar la pena de muerte, a lo que se suman las decenas de miles de detenciones en supuesta relación con el fallido golpe de Estado del 15 de julio.

La ONG señala asimismo a Filipinas como caso de "violencia a gran escala aprobada por el Estado" por la guerra contra las drogas del presidente, Rodrigo Duterte. La "brutal represión contra personas consideradas sospechosas de delitos de drogas se saldó con más de 6.000 muertes" en 2016.

"ATROCIDADES MASIVAS"

Según este informe anual, la comunidad internacional se enfrenta a una "larga lista" de conflictos armados repartidos por toda la geografía mundial. Amnistía Internacional ha documentado crímenes de guerra cometidos en al menos 23 países en 2016.

El caso paradigmático es Siria, donde "las consecuencias humanas de más de cinco años de combates han sido, lisa y llanamente, incalculables", con crímenes de guerra cometidos por todas las partes en conflicto.

AI también ha puesto el foco sobre África por los "graves abusos y violaciones de los DDHH" contra la población civil, especialmente en Chad, Malí, Níger, Nigeria, Camerún, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, República Centroafricana y República Democrática del Congo. "La violencia sexual y de género fue generalizada y se reclutó a menores como niños y niñas soldados", recalca.

En el caso africano la ONG destaca igualmente el aumento de la represión de las protestas pacíficas por las disputadas elecciones que se celebraron en 2016. "Se arremetió duramente contra líderes y voces de la oposición", si bien "esta tendencia a desarrollar resiliencia y el

debilitamiento de la política del miedo abrían una puerta a la esperanza".

¿QUIÉN DEFENDERÁ LOS DDHH EN 2017?

Ante lo que ha definido como "un escenario caótico", Esteban Beltrán, director de AI en España, ha lamentado que no cabe esperar que sean los estados --ni siquiera "los considerados fiables"-- quienes defiendan los DDHH este año, por lo que ha apelado a "la solidaridad global y la movilización popular".

"Amnistía Internacional pide a la gente que oponga resistencia a los cínicos intentos de retirar DDHH con la lejana promesa de seguridad", ha dicho Beltrán, al tiempo que ha augurado que en este sentido 2017 será "clave" para el rumbo que adopte Europa.

El director de AI ha enfatizado que "no proteger los DDHH es sembrar las semillas de crisis futuras", recordando a este respecto las consecuencias de la llamada Primavera Árabe. "El respeto a los DDHH es hoy más que nunca sinónimo de estabilidad", ha defendido.