El grupo yihadista publicó el martes un vídeo en el que aparece hablando el piloto secuestrado y en el que posteriormente se ve cómo le introducen en una jaula y le queman vivo.
En respuesta, las autoridades jordanas ejecutaron en la madrugada del miércoles a dos presos condenados por terrorismo, entre ellos Sayida al Rishawi, una de las milicianas islámicas más destacadas del mundo y hermana de Mubarak Atrus al Rishawi, mano derecha del fallecido líder de Al Qaeda en Irak (AQI), Abú Musab al Zarqawi.
El segundo ejecutado fue Ziad al Karboli, un miembro de AQI condenado por el asesinato de un ciudadano jordano y por pertenencia a un grupo terrorista.
En su comunicado, el director de AI para Oriente Próximo y Norte de África, Philip Luther, ha sostenido que el asesinato de Al Kasaesbeh es "un ataque atroz contra la humanidad, un crimen de guerra, y un ataque frontal contra los principios más básicos de humanidad".
"Las autoridades jordanas están legítimamente horrorizadas por este totalmente condenable asesinato, pero la respuesta no debe ser recurrir a la pena de muerte, que es en sí el castigo más cruel, inhumano y degradante", ha dicho.
"La pena de muerte no debe ser utilizada como una herramienta de venganza. No se debe permitir que las espantosas tácticas del Estado Islámico alimenten un círculo sangriento de ejecuciones en represalia", ha agregado.
Por último, Luther ha manifestado que "el asesinato de Al Kasaesbeh cuando estaba atrapado en una caja de una forma tan brutal y orquestada muestra el salvajismo del que es capaz un grupo como el Estado Islámico".