El gobierno provincial ha indicado en un comunicado que los combates se han saldado además con 24 insurgentes heridos, después de su ataque coordinado contra varios puestos de control a última hora del lunes.
Poco antes, el gobierno de Helmand, Omar Zuak, afirmó que "aún hay fuertes combates entre los talibán y las fuerzas de seguridad", asegurando que "los lugares que fueron capturados por los talibán ya han sido recuperados".
Zuak atribuyó esta capacidad de resistencia a los últimos refuerzos. El Ejército de Afganistán desplegará otros 600 efectivos en Helmand que se sumarán a los 300 militares estadounidenses que Washington tiene previsto sumar a su contingente actual.
Por su parte, el portavoz talibán Qari Yusuf Ahmadi ha afirmado que los insurgentes afganos se han hecho con el control de al menos 25 puestos de control del Gobierno y han matado a más de cien uniformados, entre militares y policías.
Los talibán utilizan túneles excavados en casas para lanzar ataques contra las líneas de frente de las tropas gubernamentales, ha explicado el comandante de la 215º Cuerpo del Ejército, el general Mohammas Ahmadzai.
Los enfrentamientos se centran en el distrito de Sangin, una zona donde los talibán han realizado importantes avances desde final de 2014, cuando acabó la misión internacional. Tropas afganas, apoyadas por unidades de otros países, combaten desde hace años a los insurgentes en Helmand.
Los progresos sobre el terreno de los talibán han llevado a Estados Unidos y algunos de sus principales aliados a mantener pequeños contingentes en Afganistán, aunque solo para asesorar y entrenar a las fuerzas locales.