Kyle Anger, de 17 años; Mark Sekelsky, de 16; Mikadyn Payne, de 16; Trevor Gray, de 15; y Alexander Miller, también de 15 años. Todos ellos de Clio, Michigan, EEUU, se enfrentan a un delito por asesinato en segundo grado.
Los cinco adolescentes están acusados de matar a Kenneth Andrew White, un hombre de 32 años que iba en una furgoneta por la autopista I-75 a la altura del municipio de Vienna. Ni la mala fortuna ni la crueldad del destino tuvo que ver con que el vehículo se cruzase en la trayectoria de una piedra que caía desde lo alto. Nada de esto hubiera pasado si esa piedra, de considerables proporciones, no hubiese sido lanzada inicialmente desde un puente que pasaba justo por encima de la carretera. Al caer desde esa altura, rompió la luna de la furgoneta y golpeó directamente a White, que se encontraba en el asiento del copiloto.
Tras ser trasladado a un hospital cercano, los médicos confirmaron su fallecimiento.
Más allá, las autoridades informaron de que en el suceso otros cuatro coches se vieron afectados y golpeados por otras rocas, y de hecho, estaban esperando a la llegada de la policía cuando la piedra cayó sobre la furgoneta donde se encontraba el fallecido.
Los cinco adolescentes, además del cargo de asesinato en segundo grado, se enfrentan también a los delitos de conspiración para cometer un asesinato de segundo grado y seis cargos por destrucción de la propiedad.
UNA FAMILIA DEVASTADA
Más allá, el trágico suceso deja a una familia devastada. Andrew White tenía un hijo de cinco años, y su pareja, Amy Cagle ha tenido que explicarle cómo murió su padre cuando volvía del trabajo.
“Por un acto tan insensible; por una roca… se lo han llevado muy pronto”. “Se han llevado al padre de un niño y al amor de mi vida”, lamenta en declaraciones recogidas por Click On Detroit.