Activistas de RDC lanzan una campaña para reclamar a Kabila que presente su dimisión en diciembre

EUROPA PRESS 24/11/2016 05:52

El segundo y último mandato de Kabila llega a su fin el 19 de diciembre, si bien las elecciones previstas para este domingo fueron aplazadas el mes pasado tras un acuerdo entre el Gobierno y parte de la oposición.

De esta forma, los comicios fueron fijados para abril de 2018, lo que implica que Kabila continuará en funciones más allá de su mandato, lo que ha sido criticado por la mayoría de la oposición.

Por ello, activistas han lanzado la campaña 'Bye Bye Kabila' (Adiós Kabila) para presionar al presidente de cara al fin de su mandato en diciembre, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.

Los tres movimientos que están detrás de la campaña --Filimbi, Lucha y Juventud de la Unidad-- han anunciado que organizarán manifestaciones antigubernamentales en las próximas fechas.

En septiembre, al menos 50 personas murieron a causa de la represión de las fuerzas de seguridad de las protestas contra el mandatario en la capital, Kinshasa.

Los críticos acusan a Kabila, que llegó al poder en 2001 tras el asesinato de su padre, de intentar mantenerse en el poder más allá del segundo mandato, violando así la Constitución del país africano.

Sin embargo, y en el marco del citado acuerdo, el mandatario nombró recientemente al opositor Samy Badibanga al frente del gobierno de unidad nacional en RDC.

Precisamente, Badibanga es uno de los opositores que participaron en el diálogo con el Gobierno. Fue elegido diputado en 2011 por el partido Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS), que lidera Etienne Tshisekedi.

Pero pese a que la formación le pidió que no ocupara su escaño éste no acató la orden y se erigió en líder de un grupo de diputados del partido, a los que Tshisekedi nunca ha reconocido.

Tshisekedi perdió las elecciones presidenciales en 2011 frente a Kabila, en unos comicios que los observadores tacharon de fraudulentos.

El líder opositor rechazó participar en el diálogo con el Gobierno de octubre, argumentando que era un mero pretexto para que Kabila pudiera seguir en el poder.