"Me gustaría insistir en que haré todos los esfuerzos para asegurar el orden público y proteger los derechos de los ciudadanos pacíficos", ha asegurado Yanukovich en el comunicado oficial emitido por la Presidencia ucraniana, en el que ha advertido de que utilizará todas las medidas incluidas en la legislación a raíz de las manifestaciones que han acabado en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El mandatario ha hecho referencia a las numerosas manifestaciones que se han sucedido en la capital, asegurando que hasta ahora las ha tratado con "comprensión" y se ha mostrado dispuesto a "escuchar su postura" para intentar alcanzar un acuerdo.
"Pero ahora, cuando las acciones pacíficas han desembocado en disturbios masivos acompañados de demolición, derribos e incendios, tengo la seguridad de que estos fenómenos no sólo amenazan al Kiev público, sino a toda Ucrania", ha subrayado Yanukovich, en referencia a los enfrentamientos entre la Policía y manifestantes en varias manifestaciones, en especial este domingo, al término de una protesta en contra de la reciente ley que restringe el derecho de manifestación.
Yanukovich ha hecho un llamamiento a "los ciudadanos de Kiev y otros participantes en manifestaciones masivas" para que no se unan a "aquellos que llaman a la violencia", que según el mandatario tienen como objetivo producir "la separación entre el Estado y la sociedad".
"Estoy seguro de que me escucharéis y apoyaréis mis esfuerzos dirigidos a la finalización del conflicto, provocado por aquellos que quieren luchar por el poder a costa de sangre humana", ha indicado Yanukovich en su comunicado, en el que ha incidido en que "la guerra, destrucción y violencia arruinarán Ucrania".
El presidente ucraniano ha emitido este comunicado coincidiendo con los disturbios entre Policía y manifestantes desde la manifestación del domingo contra la nueva ley sobre concentraciones, que ha sido criticada por la Unión Europea al considerar que restringe "significativamente" derechos fundamentales.
Más de 100.000 personas acudieron a la protesta, que se tornó violenta cuando los opositores intentaron entrar en el barrio gubernamental de Kiev, momento en que la Policía comenzó a disparar gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.