Tres millones de niñas son sometidas a la ablación cada año

Noticias Cuatro 06/02/2014 08:51

Así lo ha explicado este martes la directora de Proyectos de World Vision España, Susanna Oliver, en un acto en el que ha estado acompañada por el especialista ginecológico Ignacio Palomo y las keniatas Jennifer Kibon, Janet Naningo y Tabitha Portereu, reunidas en Madrid para contar su experiencia con motivo de la celebración, este 6 de febrero, del Día Mundial por la Erradicación de la Mutilación Genital Femenina.

Oliver ha señalado que 140 millones de mujeres de todo el mundo tienen sus genitales mutilados. Aunque la incidencia depende del país, de la tribu e incluso dentro de ésta, de la propia familia, hay lugares como Malí donde el 98% de las ciudadanas ha sufrido la ablación. Lo ejercen una suerte de curanderas y en una ceremonia ritual con la connivencia de los padres de la niña, que creen estar haciendo lo mejor para ella.

La edad de las víctimas también varía. Generalmente se entiende que la mutilación de los genitales es un paso previo al matrimonio, una preparación para la edad adulta: se practica a niñas de ocho o nueve años. Sin embargo, Oliver explica que cada vez se realiza a edades más tempranas para evitar que llegado el momento, puedan oponerse. Abundan casos de niñas de tres, dos años e incluso bebés.

"Hay muchas cosas en la comunidad que están asociadas a la ablación, como que una mujer que no ha sido mutilada no puede heredar los bienes si su marido fallece, no puede entrar en la ceremonia de circuncisión de niños o no se puede casar", ha señalado Tabitha Portereu, directora del proyecto de prevención de la ablación de World Vision Kenia.

Según el doctor Palomo, los daños que provoca la ablación "son todos". Desde el punto de vista físico, van desde la muerte por hemorragia o infección --se practican en condiciones insalubres, con materiales como cuchillas de afeitar, navajas o trozos de vidrio--, hasta la transmisión de enfermedades como el Sida, la Hepatitis o el Tétanos. Además, generan problemas como fístulas o incontinencia, disfunciones sexuales y severas complicaciones en caso de embarazo y parto.

A nivel psicológico, es también devastador. El médico explica que desde el nivel psicoanalítico más básico, por el que las niñas que son mutiladas "arrastran toda su vida un trauma tan profundo que no podrán ni saber que lo tienen", hasta el efecto de rechazo del propio cuerpo y la sexualidad y de la comunidad, las consecuencias son múltiples. "Las comparan con los efectos de una violación", apunta.

Janet Naningoi se libró, pero no fue gracias a sus padres. "Cuando tenía nueve años mi madre quiso hacerme la mutilación pero uno de los profesores del colegio me dijo que no había derecho. Me escapé de casa y fui a quedarme con mi tía. Cuando volví a la escuela, me dirigí al centro de rescate de World Vision y me ayudaron", explica emocionada esta joven de 17 años.

Todo ha cambiado mucho desde entonces. La organización trabajó con sus padres y con el resto de su comunidad para hacerles entender que la mutilación no podía ser una opción. Janet, que ahora es una activista de los derechos de las mujeres, destaca no obstante su mayor victoria: gracias al paso que dio, sus hermanas pequeñas no serán mutiladas. "He sido el cambio en mi familia", dice.

En España el número de niñas y jóvenes en riesgo de padecer mutilación genital se ha incrementado un 61 % en los últimos cuatro años. Ahora son casi 17.000 las menores de 15 años en esta situación, hijas de familias procedentes de esos países africanos.