Filipinas no da abasto para recoger cadáveres

NOTICIAS CUATRO / AGENCIAS 14/11/2013 23:26

"Sigue habiendo cuerpos en la carretera", ha reconocido Alfred Romualdez, alcalde de Tacloban, una ciudad que cuenta con unos 220.000 habitantes y que ha quedado reducida en buena media a escombros. "Es escalofriante. Hay una petición de una comunidad para que vayamos y recojamos los cuerpos. Dicen que hay cinco o diez, cuando llegamos, hay 40", ha relatado.

La escasez de camiones supone un problema. "La opción es usar el mismo camión o para distribuir comida o para recoger los cuerpos", ha añadido. Según informan los medios locales, Romualdez ha pedido 700 bolsas para cadáveres, pero esta petición no ha sido atendida.

A este respecto, el ministro del Interior, Manuel Roxas, ha indicado a la CNN que "es caótico". "No hay etiquetas, todos los suministros llegan en cajas sin marcar, así que es muy fácil que 700 bolsas se pierdan", ha reconocido. No obstante, ha asegurado que la ciudada y el Ejército acaban de recibir otras 500 bolsas.

Entretanto, fuera de Tacloban, han comenzado los entierros de unas 300 personas en una fosa común este jueves. Además, el administrador de la ciudad, John Lim, ha indicado a Reuters que se preparará una fosa mayor para mil personas.

El gobierno local está paralizado, con solo 70 trabajadores frente a los 2.500 con que cuenta, según Lim. Muchos murieron, resultaron heridos, perdieron a su familia o simplemente están demasiado conmocionados como para poder trabajar.

Balance de víctimas

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU ha cifrado en 4.460 el número de personas fallecidas en Filipinas por el paso del tifón Haiyan, citando como fuentes los datos recabados hasta ahora por el propio Gobierno del archipiélago.

"Hasta el 13 de noviembre, el Gobierno ha informado de que 4.460 personas han muerto", ha asegurado la OCHA en su balance diario, difundido desde Manila y fechado este jueves.

El último balance oficial por el paso del supertifón cifraba en 2.357 las víctimas mortales, de las que más de la mitad se han producido en la provincia de Leyte, las más afectadas, y en ocho millones los ciudadanos que se han visto afectados.

Inicialmente, las autoridades locales calcularon en torno a los 10.000 el número de personas que habrían perdido la vida por el temporal, pero el presidente filipino, Benigno Aquino, consideró exagerada esta cifra.

Según la Cruz Roja Filipina, el número preliminar de desaparecidos a fecha se mantiene en 22.000, si bien la organización ha advertido de que esa cifra podría incluir a personas que ya han sido localizadas.

El principal centro de convenciones de Tacloban, el Astrodome, se ha convertido en refugio temporal para cientos de personas. Las familias cocinan en medio de basura y orina, mientras que los escombros se amontonan junto a los asientos y grandes charcos de agua estancada.

"Fuimos al Astrodome y preguntamos quién estaba al cargo", ha explicado Joe Lowry, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que está instalando campamentos para los desplazados.

Los supervivientes han formado largas colas bajo las lluvias torrenciales para cargar sus teléfonos móviles en el único lugar posible: el generador del ayuntamiento. Otros han comenzado ya a reparar sus motos y viviendas.

Según Lim, el 90 por ciento de Tacloban ha quedado destruido por el tifón y la ola gigante que éste trajo consigo. Solo el 20 por ciento de los habitantes está recibiendo ayuda mientras que las viviendas están siendo saqueadas porque los almacenes están vacíos, ha denunciado.

Asimismo, tampoco hay vuelos suficientes desde el aeropuerto de Tacloban para poder hacer frente al éxodo de la ciudad. Este miércoles al anochecer, las Fuerzas Especiales filipinas tuvieron que repeler a cientos de personas, muchas de las cuales habían caminado durante horas para llegar al aeropuerto y que han tenido que esperar incluso días sin apenas agua o comida para poder salir de la ciudad.

Muchas personas se han quejado de que se está dando prioridad a los familiares de militares para subir a bordo de los aviones de carga C-130. "Si tienes un amigo o un familiar en el Ejército, tienes prioridad2, ha denunciado Violeta Duzar, de 57 años, que espera en el aeropuerto desde el domingo junto a ocho miembros de su familia, incluidos niños.

Nada de la ayuda que llega al aeropuerto y luego se distribuye en la ciudad y otros lugares ha sido repartida entre la multitud congregada a las puertas del mismo.