Antes de comenzar un pleno, Ignacio González bebía agua. Sabía que el ático de Estepona por el que su mujer está imputada, le iba a dar guerra. Pese a la gran ovación que se produjo en el Parlamento tras sus declaraciones, a González le faltó apoyo durante la pasada cena de navidad en la que compartía mesa con Rajoy y Aguirre.
Según Tomás Gómez, González debe abandonar el cargo, y le insta a buscar "un buen abogado".