La noche del viernes, en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Brasil, una garota (chica, en portugués) se contoneó con la misma sensualidad con la que los autores describieron a la protagonista de su tema. Y no era una garota cualquiera, era la garota: era Gisele Bündchen. Esta es Gisele que viene que pasa, la garota de Ipanema.
La modelo desfiló por la pasarela más larga de su vida, de 120 metros, en la ceremonia inaugural que tuvo lugar en el estadio de Maracaná en Río de Janeiro. Gisele se emocionó al finalizar el recorrido mientras sonaba de fondo el clásico brasileño.
Vestida con un diseño de Alexander Herchcovtich, brilló. Y no era para menos. Su vestido, cuajado de paillettes rosas con escote, cola y que dejaba ver sus infinitas piernas, le sentaba como un guante. "Esta es sin duda la pasarela más larga por la que he caminado en mi vida y por el momento es la vez en la que más personas me ven. Ha sido un poco estresante", confesó la modelo, que estaba muy orgullosa de participar en este momento histórico. "Me siento muy honrada", dijo.
¿Por qué escogió ese vestido? En una entrevista a Vogue USA, Alexander reveló que Gisele Bündchen quería que fuera un diseñador brasileño quien la vistiera. "Gisele sabe exactamente lo que le va bien a en su cuerpo y lo que no funciona. Ella ha estado muy presente en el proceso creativo del vestido e incluso ha dado directrices de lo que quería y lo que no. Se han hecho cambios fundamentales para ella", señaló.
La brasileña y el creador se reunieron en cuatro ocasiones hasta que concretaron el diseño. "Hicimos tres pruebas y la tela ha sido especialmente creada para esta ocasión para que garantizara la fluidez cuando caminara y que brillara con los bordados hechos a mano", apostilló.