La sombra del fraude planea sobre las elecciones presidenciales ucranianas

Cuatro/CNN+ 16/01/2010 14:28

Los tres grandes nombres de la política ucraniana de la última década vuelven a encontrarse en las urnas el domingo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que enfrentan al ex primer ministro y a Viktor Yanukovych.

Además, también enfrenta a la primera ministra, antigua aliada y ahora rival encarnizada Julia Timoschenko, con el actual presidente Viktor Yushchenko como tercera opción, pero no en discordia, precisamente: se espera que reciba los votos de menos de un 3 por ciento de la población, el mayor revés político que haya experimentado jamás el que una vez fue el gran abanderado de la Revolución Naranja de 2004.

Mucho ha cambiado la imagen pública de Yushchenko estos últimos seis años desde que apareciera ante los ucranianos para denunciar el que consideraba era un fraude masivo en la primera vuelta de los comicios. El pueblo le aupó como presidente tras la celebración de la segunda vuelta, que se considera como las primeras elecciones libres de la historia del país, el 26 de diciembre de 2004. Ahora, en 2010, las encuestas le conceden un apoyo casi ínfimo y se critica su labor como máxima expresión de la ineficacia política.

Casi todos a las urnas

Todos los datos parecen indicar que la participación en los comicios será muy elevada, en torno al 89 por ciento. Unos 36,9 millones de ucranianos depositarán su voto en los más de 33.000 colegios electorales que abrirán sus puertas para los comicios, entre ellos 1.200 de carácter especial, localizados en hospitales, cárceles, barcos e, incluso, en la Estación Vernadsky de la Antártida.

La última encuesta realizada por el Research & Branding Group (del 5 al 13 de diciembre) concede al ex primer ministro Yanukovich un 33,3 por ciento de la intención de voto frente a un 16,6 por ciento de Timoshenko en la primera vuelta.

Bajo la sombra del fraude

El presidente de la Comisión Electoral Central, Volodimir Shapoval, ha expresado su indignación por las continuas acusaciones de fraude electoral vertidas por los políticos, puesto que a su entender no hay pruebas que apunten a dichas irregularidades.

Shapoval ha criticado también que la "poderosa ola de histeria" provocada por la clase política con estas acusaciones afecta a "los cimientos democráticos del Estado".