La explosión de un artefacto causa importantes daños en la sede de Foncalor en Vigo

CNN+/Cuatro 20/07/2010 13:03

Fuentes de la investigación han señalado que, entre los restos que quedaron en el local, situado en el número 84 de la calle Martínez Garrido, había una olla a presión, lo que supuestamente vincula la explosión con el modo de actuar del movimiento independentista Resistencia Galega, que ya utilizó este 'modus operandi' en otros ataques con artefactos explosivo.

Una patrulla de la Policía Local que estaba cerca del lugar escuchó sobre las 3.40 horas una "gran explosión" y, al llegar al inmueble en el que ubica la sede de Foncalor, los agentes vieron que salía gran cantidad de humo, por lo que dieron aviso a los Bomberos y a la Policía Nacional. Además, realizaron un rastreo por la zona, pero no localizaron a nadie.

Asimismo, al lugar de los hechos acudieron Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax), que inspeccionaron la zona. Fuentes policiales, han precisado que, por el momento, no hay constancia de que la autoría haya sido reivindicada.

Daños

La potencia de la explosión ha provocado cuantiosos daños, quedando destrozado el bajo del inmueble donde está Foncalor, cristaleras rotas, la verja de acceso reventada, así como un peldaño de la escalera de piedra que da acceso.

También han sufrido daños tres viviendas, dos de ellas ubicadas en la primera planta del inmueble donde está Foncalor, además de la cristalera reventada, como en el caso del bajo del edificio adyacente donde se ubica una charcutería.

La Policía ha apuntado, asimismo, que cuatro vehículos estacionados han registrado daños, como rotura de cristales, entre otros desperfectos.

Investigación en curso

El regidor de Vigo, que ha acudido al lugar para comprobar los daños ocasionados por el ataque, ha explicado que, según le ha trasladado el delegado del Gobierno, Antón Louro, "el artefacto explosivo estaba compuesto por un kilo de pólvora prensada". Asimismo, Caballero ha señalado que la Policía Nacional está llevando a cabo "una investigación seria y rigurosa", y que está "centrada hacia donde debe dirigirse", aunque ha descartado hacer hipótesis sobre la autoría del atentado, cuya acción no ha sido reivindicada.

El alcalde ha abogado por "dejar trabajar a los investigadores" y ha expresado su convencimiento de que "más pronto que tarde" los autores del ataque serán "localizados, detenidos y puestos a disposición judicial", porque "la gente que hace esto tiene que estar en la cárcel y no en la calle".

Foncalor

Por su parte, el secretario de Foncalor, Rafael Carrera, ha condenado el atentado y ha manifestado su "sorpresa", ya que ha afirmado que desconoce los motivos por los que esta asociación ha sido objetivo de "los violentos" por segunda vez -esta sede sufrió un ataque en junio de 2009 en plena negociación del convenio del metal-.

Carrera ha apuntado que "no se puede hacer una estimación de los daños" porque, además de los destrozos en la oficina, mobiliario y equipos informáticos, la onda expansiva alcanzó varias viviendas, un local comercial y cuatro coches estacionados en la misma calle.

El secretario de Foncalor ha recordado que cuando Foncalor sufrió el primer ataque la asociación puso una denuncia que finalmente quedó archivada. Por ello, ha pedido a la Delegación del Gobierno que "retome el caso" para "parar esto de una vez por todas". "El problema no es lo que pasó, sino lo que pudo haber pasado. Pudo haber muertos", ha denunciado.

Susto

Los vecinos de la zona han destacado el "susto" que se llevaron al escuchar la explosión. De hecho ésta es la segunda vez que es atacada la sede de Foncalor, después de que en junio de 2009 el mismo local recibiera el impacto de un cóctel molotov, coincidiendo con la negociación del convenio colectivo del metal en la provincia de Pontevedra, al que no se adhirió esta patronal.

A lo largo de este año se han sucedido ataques similares en otros puntos del Sur de la provincia, como fue el caso del 10 de marzo cuando un cóctel-molotov fue lanzado contra la casa sindical de O Porriño (Pontevedra), situada en la calle Antonio Palacios, y provocó diversos daños en varias ventanas y la fachada del inmueble. Este ataque fue similar al ocurrido a finales del pasado enero en el local de CC.OO. en Vigo, donde también hubo desperfectos en la fachada provocados por el lanzamiento de una piedra y un cóctel-molotov que no llegó a entrar en las dependencias.

Aunque en este caso algunas fuentes sindicales vincularon los hechos con las protestas laborales en el sector del naval, días después, una persona en nombre de Resistencia Galega reivindicó en una llamada a 'Faro de Vigo' los ataques a las centrales sindicales de Vigo y Porriño, así como el que se produjo contra un chalé.

Precisamente, a principios de abril, unos desconocidos arrojaron un cóctel molotov al chalet que el concejal de Tráfico de Vigo, Xulio Calviño, tiene en Coruxo, donde se produjeron escasos daños materiales, pero no hubo que lamentar heridos porque ni el edil ni su familia estaban en esa vivienda.