"La Policía todavía está registrando habitación por habitación para ver si hay más víctimas o alguna amenaza", ha dicho el jefe de este cuerpo de seguridad en Kabul, Ayoub Salangi.
Un portavoz del Ministerio del Interior afgano ha informado de que al menos cuatro insurgentes han muerto inmolados, mientras que otros dos han sido abatidos, asegurando que todos los atacantes han fallecido, aunque todavía no se sabe con exactitud cuántos eran. La cadena americana CNN habla de 18 muertos, siete talibán y once civiles.
Entre los fallecidos hay un ciudadano español. Se trata de Antonio Planas, un piloto que trabaja para la compañía turca, Saga Airlines, que había resultado herido y finalmente ha fallecido.
La ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha confirmado que el Ministerio sabe "desde la madrugada que hay un ciudadano español" entre las víctimas del atentado. La ministra ha precisado en los pasillos del Congreso de los Diputados que "es la Embajada española la que se está ocupando de todo".
"Lo primero que tenemos que hacer es encontrar a la familia para comunicárselo", ha señalado.
El ataque comenzó a última hora del martes, cuando un grupo de talibán asaltó el hotel armado con lanzagranadas y equipado con cintas con cánticos 'yihadistas'. Algunos de los huéspedes saltaron desde la segunda y la tercera planta del edificio, según ha podido confirmar la recepcionista.
Durante cinco horas, las fuerzas de seguridad afganas han luchado contra los insurgentes, apoyados por helicópteros de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF). En total se han podido escuchar siete explosiones, que han provocado cortes en el suministro eléctrico.
El hotel Intercontinental, ubicado en una colina, es uno de los más importantes de Kabul. Sus huéspedes suelen ser ciudadanos occidentales, por lo que está sumamente protegido. En esta ocasión, la mayoría eran altos funcionarios afganos que se encontraban en la capital para asistir a una conferencia sobre seguridad.