La sesión de investidura de este viernes era la crónica de una votación fallida anunciada. El candidato popular, Mariano Rajoy, parecía tenerlo claro. Su discurso ha sido más propio de una campaña electoral que de un debate de investidura, con argumentos que ya se pudieron escuchar en días próximos al 26-J: "No me diga que el PSOE se siente más cerca de los populistas e independentistas que del PP". Lejos de responsabilizarse de lo sucedido, ha optado por culpar a Sánchez del fracaso, resumiendo todo en que"el grupo socialista se niega a permitir la constitución del único gobierno que parece viable sin ofrecer ninguna alternativa".
Por su parte, Pedro Sánchez se ha ofrecido para formar "parte de la solución" a esta carencia de gobierno. "La responsabilidad que tenemos es ofrecer una solución a la situación en que la ha situado el Gobierno y entre todos, si tenemos altura de miras, podemos encontrar esa solución", ha añadido.
Pablo Iglesias ha recogido el guante y le ha pedido a los socialistas que "entiendan que con nosotros a lo mejor se puede discutir y hacer algo distinto", una alternativa que llevan semanas solicitando desde Unidos Podemos.
Los distintos grupos políticos habían dejado claro su postura en los discursos de investidura. PSOE, Unidos Podemos, PNV, ERC y PDC, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias habían anunciado su ‘no’ a Rajoy, frente al ‘sí’ del Grupo Popular, Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN y Foro Asturias. Y todos ellos cumplieron su palabra, dejando a Mariano Rajoy sin la presidencia de Gobierno.
Tras la segunda votación fallida, la presidenta de la Cámara, Ana Pastor anunciará el resultado al Rey Felipe VI. Los partidos políticos tienen dos meses para formar gobierno. De no conseguirlo, los españoles tendrán una nueva cita con las urnas el 25 de diciembre.