Rajoy enfila la sede del Consejo. Se abrocha el abrigo. Saluda a la prensa. Se adentra en el edificio. Y es entonces, cuando un vigilante de seguridad le da el alto. Trata al presidente del Gobierno de España como si fuera un desconocido. Rajoy encalla en el mismo paso y frente al mismo individuo ante el que otros dirigentes han pasado con naturalidad y sin ningún problema. El agente, profesional, bloquea el camino con el pie, se echa la mano al cuello como preguntando dónde está la acreditación al supuesto desconocido: Mariano Rajoy. Tras él, su séquito advierte "spanish president" spanish president" como diciéndole: usted no sabe lo que está haciendo. Merkel, Hollande, Cameron.... han pasado por allí, también si acreditación porque no la necesitan. Los jefes de gobierno llevan un pin que en el caso de Rajo y iba oculto por su abrigo. Aún así quien le ha dado el alto debería recordar su cara. Antes del servicio, los agentes repasan fotos de los líderes europeos. En todo caso, golpe bajo a la imagen del presidente. A la Marca Rajoy le falta proyección en europa...