José María del Nido, el encorbatado empresario, abogado, presidente del Sevilla es el mismo al que se le ha visto al trote camino de la cárcel. Con chupa, mochila, visera (conmemorativa del centenario del club, faltaría más). Meritorio su esfuerzo por parecer un recluso de tantos pero insuficiente para evitar ser sorprendido en el trance. Ni eso ni el madrugón. Eran las 8:05 horas, Del Nido baja del coche, descubre las cámaras... se da a la carrera, accede al penal seguido de su escolta (mal detalle para no querer hacerse notar). Ya en la garita, movimientos nerviosos. Cúbreme parece decir a su acompañante. A Del Nido le piden que se acomode la gorra, su figura se hace aún más inconfundible. Cumplidos los trámites... el ingreso. Un funcionario recoje sus cosas y Del Nido entra la cárcel. Son las 8:09 horas. Lo ha intentado todo. Pero condenado a siete años por saquear el Ayuntamiento de Marbella en el Caso Minutas no le ha quedado otra que cumplir sentencia. Eso sí, casi en el descuento.