Cruzar la frontera cuesta tiempo, dos horas de media, y podría costar también mucho dinero. 50 euros por pasar al Peñón. Esa es la tasa que estudia establecer el Gobierno español. Pero a la población de uno y otro lado no les parece una buena idea: “Eso es ridículo. Ningún mercado europeo pone una tasa para entrar y salir”. El Ministro Margallo aclara que esa tasa no se aplicará nunca a los trabajadores. Lo recaudado, y ahí va un recado para Londres, se destinará a compensar a los pescadores perjudicados por estos bloques de cemento. El ministro principal de Gibraltar no piensa moverlos. “La tensión tendría ser menor para mover los bloques (...) No nos sentaremos a dialogar en grupos. No caeremos en la trampa de discutir sobre la soberanía de nuestras aguas”, afirma Picardo. En Madrid, en cambio, desde el Congreso se pide diálogo. Las distensiones están en manos del Reino Unido, afirma Margallo.