La adolescente escribió la lista de sus últimos deseos cuando le diagnosticaron fibrosis quística. Tanto ella como su familia se hicieron a la idea de que le quedaba poco tiempo de vida e intentaron cumplir todos sus objetivos.
Cuando apenas le daban unas semanas de vida, los médicos le confirmaron que iba a ser operada de los pulmones tras conseguir un doble trasplante.
La madre de Jessica, Cheryl, estaba sorprendida. “Me tranquilicé tanto cuando recibí la llamada. A la tercera va la vencida después de dos falsas alarmas.”
“Nos enseñaron una foto de los antiguos pulmones de Jessica y eran negros. Los médicos aún no entienden cómo podía respirar con ellos”, señalaba Cheryl.
Su lista de deseos incluía: Ser hermana mayor; Ir a Disney World; Ir a Suráfrica; Conocer a su grupo de música favorito; Correr una maratón; Hacer paracaidismo; Ayudar a alguien a dejar de fumar; Tener la firma de John Green en su libro; Nadar con delfines; y aprender una lengua nueva.
Entre sus deseos ya había cumplido la mitad. Tenía dos hermanas pequeñas, que aunque padecen la misma enfermedad, no corren el mismo peligro.
“Son tan valientes. Siento que estoy en un sueño. Jessica tiene una segunda oportunidad y la va a aprovechar”, decía la madre de las niñas a Mirror.