Según el primer inventario, 93.000 euros se destinan a cubrir daños materiales --como mobiliario, puertas, vallas y aulas-- y 10.000 en limpieza extraordinaria, y los centros más afectados son los colegios Ramon Llull, Pau Romeva, Àgora y Els Horts, que requerirán una aportación de 15.000 euros cada uno.
Todos los centros de Barcelona han podido abrir este lunes excepto la escuela Tibidabo, en el distrito de Nou Barris, dado que cristales rotos suponen una "peligrosidad", por la que se ha optado por no abrir, mientras que otras han abierto tras un trabajo a contrarreloj de mantenimiento y limpieza, ha dicho.
Tres centros han pedido asesoramiento psicosocial, y Ortiz ha destacado la dificultad de explicar a los alumnos lo ocurrido: "Ya es complicado de entender para la ciudadanía en general, ya estábamos todos en 'shock'. Imaginad a los niños".
DENUNCIA Y RECLAMACIÓN DE DAÑOS
Han pedido a los centros que, una vez cerrado el inventario, pongan una denuncia, y ha avanzado que valorarán reclamar los daños por "el impacto que ha tenido en los colegios una carga policial desproporcionada que no sólo ha costado centenares de heridos, sino también un impacto en espacios que debería preservar la paz".
Para reclamar los daños, se actuará coordinadamente con cada centro educativo y se hará desde el consorcio, que está trabajando para "poder volver a la normalidad lo antes posible" reparando los desperfectos, que estudian si están o no cubiertos por el seguro.
AULAS ROTAS PARA BUSCAR URNAS
Ortiz ha explicado que no todos los desperfectos pueden estar provocados por cargas policiales, sino que algunos, como cerraduras rotas, pueden deberse a otros motivos, pero sí la mayoría: "El grueso de la envergadura y la inversión tiene que ver con puertas rotas, rejas y vallas que se deben volver a soldar y cristales rotos".
Ha explicado que les han llegado casos en los que, "para encontrar y buscar urnas, se ha destruido el mobiliario de una aula de primaria", algo que no tiene precedentes en un proceso electoral, ya que la policía está pensada para proteger, no para entrar a colegios a destruir equipamientos educativos, según ella.