Después de que el año pasado se suspendiera el tradicional espectáculo de fuegos artificiales del Día del Apóstol por el accidente de tren de Angrois, la fachada de la catedral de Santiago de Compostela se ha vuelto a llenar de luz y color. Miles de personas se han reunido en la plaza del Obradoiro para acudir al sentido homenaje en el que se ha convertido el espectáculo. Los nombres de las víctimas se han plasmado en al fachada del templo y 79 globos blancos se han lanzado al aire en recuerdo de los que ya no están.