El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha interpretado los resultados electorales en Andalucía y en Asturias como "el principio de un camino" para recuperar la confianza de la mayoría de los españoles, aunque es consciente de que al PSOE le queda "mucho por recorrer". En su primera valoración, ha opinado que los ciudadanos han votado pensando sobre todo "en Andalucía y en Asturias" pero también ha dado por "convalidada" su estrategia de "oposición útil". Rubalcaba ha asegurado que deja manos libres a Griñán, quien, por su parte, ha señalado que "el pueblo andaluz ha dicho en las urnas que quiere un gobierno de izquierdas en esta tierra".
En su primera valoración tras las elecciones, Rubalcaba ha dejado claro que mantendrá su estrategia de oposición, que tiene como prioridad la lucha contra la crisis y el desempleo, aunque para ello tenga que "sacrificar" otros objetivos políticos a más corto plazo. Según Rubalcaba, la lección principal que hay que extraer de estas elecciones es que "el PSOE es un partido fuerte con el que siempre hay que contar y que no se puede ignorar".
A su juicio, en Andalucía y Asturias los ciudadanos han marcado al PP unas "líneas rojas" y, aunque ha reconocido que el PP no queda obligado a nada por estas elecciones, ha afirmado que si él fuese un dirigente 'popular' le estaría "dando una vuelta" a lo que este partido ha hecho desde que llegó hasta ahora.
Rubalcaba ha centrado sus críticas en la reforma laboral y ha hecho hincapié en que los ciudadanos han hecho pagar a Rajoy que haya ocultado las medidas que pensaba tomar y que quiera "aprovechar la crisis para hacer su particular ajuste de cuentas con el Estado del bienestar". Es más, ha recalcado que al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le ha "salido mal" su estrategia de "ocultar" los Presupuestos Generales del Estado para intentar ganar estas autonómicas, porque además de no conseguir su objetivo "ha hecho daño a la economía española", como apuntan dos diarios internacionales.
Rubalcaba ha subrayado que tanto el andaluz José Antonio Griñán como el asturiano Javier Fernández tienen "las manos absolutamente libres" para intentar formar gobierno en sus respectivas comunidades. Griñán necesita sumar los 12 escaños de IU a los 47 del PSOE-A para superar los 50 que consiguió el PP y en Asturias el PSOE necesita los cinco de IU pero, además, está pendiente de que el voto emigrante le permita arrebatar un escaño al FAC de Francisco Álvarez-Cascos. De ese modo, la alianza PSOE-IU empataría en 22 escaños con FAC-PP y UPyD tendría en sus manos inclinar la balanza.
Rubalcaba no ha querido expresar preferencias y no ha querido decantarse por si preferiría un gobierno andaluz de coalición o uno en minoría. No obstante, ha dejado claro que no le produce "ningún temor" un gobierno con la formación de izquierdas porque el PSOE ya ha gobernado en ayuntamientos y en comunidades autónomas con IU.
"El pueblo andaluz quiere un Gobierno de izquierdas"
Por su parte, el secretario general del PSOE andaluz y presidente de la Junta en funciones, José Antonio Griñán, ha valorado el resultado de las elecciones, en las que "el pueblo andaluz ha dicho las urnas que quiere un gobierno de izquierdas en esta tierra", y se ha mostrado dispuesto a "explorar con unidad, responsabilidad y transparencia" el nuevo escenario político abierto en la comunidad una vez que ningún partido cuenta con mayoría absoluta.
Griñán se ha pronunciado de este modo tras presidir la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE-A, que ha acordado "abrir un tiempo de diálogo con otras fuerzas políticas" y ha dejado claro que el objetivo de los socialistas es "forzar algo similar y en la misma sensibilidad de lo que el pueblo andaluz ha dicho en las urnas".
Según el líder del PSOE-A, que ha resaltado que los resultados del 25M constituyen una "gesta" y "avalan sin duda la decisión difícil" de optar por la convocatoria de elecciones autonómicas en solitario, el nuevo gobierno autonómico tiene la "obligación" de colaborar de forma "constante" con el Ejecutivo central que preside Mariano Rajoy.