El escándalo del gasto parlamentario fuerza la dimisión del presidente de los Comunes

Cuatro/CNN+ 19/05/2009 15:58

El presidente de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico, Michael Martin, ha cedido finalmente a las presiones que su gestión del escándalo de los gastos reclamados por los diputados le ha generado y ha anunciado su renuncia a un cargo que ocupaba desde el año 2000.

Una jornada después del bronco debate registrado en Westminster, en el que miembros de todos los grupos exigieron su dimisión, Martin ha confirmado lo que es una decisión sin precedentes en el Legislativo británico desde 1695, cuando tuvo lugar la última salida forzada del denominado 'Speaker'.

Se trata de un cargo similar al presidente de la Cámara Baja en España pero, a diferencia del titular del Congreso, la reelección es automática después de cada cita con las urnas y sólo se renueva cuando el titular fallece o se retira de la política. Martin ha precisado que la dimisión será efectiva a partir del 21 de junio.

El escándalo

Martin se ha situado en el centro de la polémica pese a haber pedido disculpas en una declaración institucional que no sirvió a los parlamentarios, quienes exigieron su dimisión por falta de "autoridad moral" a raíz de su reacción a la serie de filtraciones que han menoscabado severamente la confianza en la labor desarrollada en Westminster.

El presidente de los Comunes se había centrado en reclamar una investigación policial para descubrir cómo el diario 'Daily Telegraph' ha tenido acceso a las partidas demandadas por los miembros del Legislativo, más que en depurar responsabilidades por un caso que ha llevado ya a dirigentes como David Cameron a demandar una convocatoria inmediata de las elecciones, que en principio estaban previstas para el próximo año.

Brown, en el punto de mira

La decisión de Martin se produce tras haber perdido incluso la confianza del primer ministro, Gordon Brown, quien ha pasado de defender el "buen trabajo" que desempeña a matizar que cualquier decisión relacionada con su futuro compete a "la voluntad" del Legislativo, "nunca al Gobierno".

El primer ministro británico ha perdido el apoyo de su propio partido a raíz del escándalo. Según un sondeo publicado por la web independiente 'LabourList.org' el 62 por ciento de los miembros o partidarios del Partido Laborista respalda una salida del actual líder antes de las elecciones.